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Sandra Sanz

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¿Greenwashing o sostenibilidad real en moda?

ropa vegana nueva tendencia

Primero fueron las pieles. Muchas marcas dejaron de fabricarlas. Luego la lupa se puso en las fábricas deslocalizadas en países en desarrollo. Ahora llega una nueva tendencia: los colecciones de moda vegana. Sin embargo, este interés repentino, ¿es una preocupación real de las grandes marcas o se trata de una maniobra más de la industria para seguir vendiendo? Tal vez un poco de ambas como explica en el articulo YOROKOBU.

Ropa vegana: desfilando entre el éxito y la contradicción

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Las botas de Dr. Martens han conectado el punk de los 70 con el veganismo actual. Décadas de calzar movimientos contrahegemónicos que, más allá de la reputación cultural, demuestra ser una estrategia rentable en términos comerciales, pues tal y como explicó un portavoz de Doc Martens a la revista Quarz, en los últimos dos años la marca británica ha registrado un aumento del 279% en la venta de sus zapatos veganos. 

La moda cruelty free viene pisando fuerte. Al margen del dato concreto –es el 5% del total en una facturación de 512 millones de euros–, el porcentaje refleja la tendencia alcista en la producción y el consumo de prendas elaboradas sin productos animales. Ropa que evidentemente prescinde de la piel o el cuero, pero  que también extrema la vigilancia en los procesos de fabricación, donde casi siempre intervienen adhesivos de origen animal. 

Al frente de esta moda se sitúa la diseñadora Stella McCartney –hija del ex-Beatle– y lidera una corriente subterránea que está removiendo los cimientos de la industria textil, modificando su estructura vertical desde la alta costura hasta la moda popular. Por un lado, firmas como Gucci, Armani o Versace han decidido renunciar a las pieles; por otro, Zara y H&M lanzan colecciones sostenibles para darle un respiro al planeta. 

Ropa vegana
Colección Mireia Playà

Pero la maniobra despierta suspicacias. «Estas marcas jamás mostraron interés en el veganismo y ahora se suben al carro porque, de ese modo, tienen más capacidad de atracción. Es mero greenwashing, marketing verde para vender más», opina Guillermo Martínez, dueño de This Shop is Bananas, una tienda de ropa vegana, en Valencia, que abraza la tendencia desde la honestidad moral. En su local convergen  clientes concienciados y turistas curiosos, pero de momento ganan los segundos por goleada: la moda vegana carece de repercusión en España.

«Cuando cuentas que haces zapatos veganos, siempre te preguntan si son comestibles», confiesa Mireia Playà, dueña de una marca vegana con su nombre. «Aquí vamos bastante retrasados respecto al resto de Europa; supongo que tiene que ver con el hecho de que seamos un país productor de calzado de piel», opina. En la misma línea se expresa la también diseñadora María Ripollés, dueña de la marca Slowers, quien redunda en la idea de que hemos tardado en coger la ola: «En 2013 estuve en Alemania en una feria de moda sostenible y había cantidad de gente vegana; aquí han tenido que pasar seis años para empezar a notar ese impacto. Y aún estamos lejos de países como Italia o Inglaterra». 

Pero ¿por qué empieza a calar ahora la tendencia en España? Por la misma razón que critican a Jennifer López al vestir pieles de animales siendo vegana declarada. Por coherencia. Según datos de la consultora Lantern, el segmento veggie de la población española ha aumentado un 27% en los últimos dos años –supondría un 9,9% del total si hacemos caso a la misma fuente–, de modo que el aparente auge de la costura verde es en realidad una prolongación estética de la explosión que vive el veganismo identitario.

Esta explosión pronosticada por los analistas para el 2019 se da en la confluencia de tres factores desencadenantes, que son: la preocupación por el cambio climático, la conquista del bienestar animal y el cuidado de la salud. Activistas y agentes culturales se sirven de los tres argumentos para colocar la agenda vegana en el escaparate de las guerras culturales, y lo hacen por medio de las redes sociales o mediante el brazo audiovisual del movimiento, Netflix, verdadera fábrica de veganos con producciones como Cowspiracy, What the health o Okja. Luego, en el mismo eje de influencia, dándole un barniz glamuroso al movimiento, estarían estrellas como Natalie Portman, Ariana Grande, Woody Harrelson o Ellen DeGeneres. 

Pero fuera del cine y la televisión seguramente ha funcionado otro factor más potente en la generación de conversos: el cambio en la estrategia de seducción. Allá por los 80 el veganismo era un pulso al sistema con rasgos propios del anarquismo, tanto en el pensamiento como en la vestimenta, pero casi medio siglo después, ese pulso es en un masaje y el veganismo ha saltado de la trinchera a las páginas de lifestyle sobre las suelas de unas Dr. Martens sintéticas. Ya no resulta incómodo, al contrario: el movimiento ha atrapado el capital de Bill Gates, Jeff Bezos o Richard Branson.

Ropa vegana
Colección Mireia Playà

Así, a base de cultivar adeptos, ganar músculo y producir ideas, el veganismo ha terminado penetrando la moral contemporánea hasta el punto de redefinir conceptos universales como la belleza. ¿Es bonito el cuero? ¿Cuánto tiene de bello y cuánto de repugnante? «Basta con ver vídeos en YouTube de cómo tratan a las vacas para querer rechazar el cuero en algo tan accesorio. Con las plumas pasa un poco lo mismo. Muchas de las plumas utilizadas en el textil son arrancadas de animales vivos», relata Guillermo Martínez. El fast fashion es, a todas luces, violento para los animales y la salud del planeta, con lo que no hay duda de que debe adoptar fórmulas más sostenibles. Falta decidir cuáles. ¿Estandarizar la ropa vegana?

Volvamos al ejemplo que abre el texto. La app Good On You, dedicada a evaluar los principios éticos de las marcas, indica que el trabajo de Dr. Martens «no es suficientemente bueno» por las siguientes tres razones: carece de políticas sólidas sobre el uso de energía, el uso de agua, la gestión de aguas residuales y las emisiones de gases de efecto invernadero; en materia laboral, no ofrece garantías de estar pagando salarios dignos –tiene fábricas en China y Vietnam–; y en cuanto al uso de pieles, aunque han introducido un línea vegana, tampoco aportan transparencia en la utilización de materiales alternativos. «Podrían estar hechos de cloruro de polivinilo (PVC), uno de los plásticos más dañinos para el medio ambiente según Greenpeace», informa la app. 

Otros sustitutivos populares a la ropa no vegana son la viscosa (rayón) y el poliéster, dos materiales que suelen simular el tacto y la textura de la seda o la lana y que tienen consecuencias muy perniciosas para el medio ambiente. El poliéster se compone esencialmente de microplásticos y la viscosa se produce de forma sintética en procedimientos muy tóxicos, pero así y todo la asociación PETA por los derechos de los animales y otras asociaciones veganas incluyen estos materiales como alternativas «éticas».

Es una de las contradicciones a las que se enfrenta el movimiento: vegano no siempre significa sostenible. «Últimamente veo que las marcas que vendemos vegano estamos preocupándonos de buscar cierta sostenibilidad, pero realmente existe esa contradicción. Si vendes zapatos malos de polipiel fabricados en la otra punta del mundo, con normas laborales menos estrictas y la necesidad de buscarte un transporte transoceánico, aunque no utilices pieles en el proceso productivo puedes ahorrarte la etiqueta de sostenible», afirma María Ripollés. 

Mireia Playà, por su parte, cree que la desconfianza en las alternativas veganas es artimaña de la industria para frenar el auge de este tipo de moda, e ilustra su intuición con un gráfico del informe Pulse of the Fashion Industry –edición del 2017. pág. 42, Exhibit 16– que efectivamente resuelve las suspicacias: si bien el poliéster, el rayón o el polipropileno serían tan tóxicos como el cuero de vaca, con el uso de este último material se dispararían las emisiones de gases de efecto invernadero, la eutrofización –contaminación de aguas– o el agotamiento de agua para consumo humano. 

Ambas posturas son compatibles. La moda vegana puede generar menos impacto medioambiental y a la vez incurrir en las dinámicas turbocapitalistas del fast fashion. Puede cuidar a los animales y maltratar a las personas. Engendrar paradojas: según The Atlantic, en Israel, el ejército de Reuven Rivlin estaría ofreciendo a sus soldados veganos botas de combate sin cuero y boinas sin lana para que puedan marchar a la batalla sabiendo que ninguna criatura viviente ha sido perjudicada en su aprovisionamiento; luego, en faena, la cosa cambia.

Ropa vegana
Colección Mireia Playà

«Vegano puede ser cualquier cosa fabricada sin piel, pero no es sinónimo de ético, por esa razón el cambio en la industria debe llegar siempre desde la sostenibilidad», enuncia Gema Gómez, directora de Slow Fashion Next –plataforma referente de formación en moda, sostenibilidad y negocio–, y recomienda: «Hemos de regenerar todo el daño que hemos hecho hasta ahora, porque si no lo hacemos, si no creamos empresas resilientes, el futuro de los que vienen detrás estará tremendamente comprometido». 

Algunas medidas se están tomando, por supuesto. Las marcas consultadas abren salidas de emergencia al fast fashion con más compromiso que capacidad, pero ahí están, ofreciendo resistencia. Y no son las únicas.  «En los últimos años han surgido proyectos como la marca española Ecoalf, responsable de elaborar piezas con materiales reciclados tipo botellas de plástico o redes de pesca; o como el Piñatex de la diseñadora española Carmen Hinojosa, un material procedente del filamento de las hojas de piña que sustituye al cuero», anota Guillermo Martínez sobre lo que supone, este último, un gran avance para la moda cruelty free

La ropa vegana es un nicho en crecimiento que estaría respondiendo a la sensibilidad de los nuevos tiempos. De su lado tiene el potencial para resetear una industria frenética –el 50% de la ropa que fabrican las cadenas de fast fashion acaba en la basura en menos de un año–, el compromiso de una militancia muy activa y el escaparate de quienes definen las nuevas éticas y estéticas. En su contra, la duda que frecuentemente aparece en buena parte de las revoluciones: ¿somos la mejor alternativa posible? 

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Compramos diferente. ¿Adiós a la tienda física?

shopping cambios digital

Desde una app, con un par de clics y listo. Tu compra está en camino. Casos como los de Amazon, Aliexpress o plataformas multitarea como ASOS han allanado el camino a las compras digitales. ElMundo lo explica:

Shopping digital: así es como han modificado las redes sociales el proceso de compra

Las redes sociales no nacieron como canales en los que se pudiera adquirir moda, solo estaban concebidas como escaparate. Pero este verano Instagram ha lanzado en EEUU ‘Checkout’, que permite la compra sin salir de la aplicación. ¿Revolucionará esto las cifras de venta online? Responden los expertos.

Ilustración: Inés Maestre 

Instagram no se ha hecho esperar. Después de que lanzara Shopping (una herramienta que permite a las marcas o las tiendas etiquetar productos en las fotografías) le llega el turno a Checkout, una función que posibilita -de momento solo en EEUU- a un grupo de firmas e influencers vender dentro de la aplicación sin que el usuario sea redirigido a una web de comercio electrónico. Objetivo: facilitar la venta. También Facebook y Pinterest se han subido a este tren para sumar líneas de negocio al publicitario.

Podríamos estar ante un nuevo escenario de compra. Los datos lo demuestran. La moda es la categoría preferida de los consumidores españoles (41%) a la hora de adquirir online, según el informe Consumer Insight Survey 2019. Más de cinco de cada cien prendas se compraron así en 2018 y el gasto medio anual fue de 135,8 euros por persona, asegura un informe del portal especializado moda.es. A esto hay que añadir que las mujeres dedican una media diaria de 55 minutos a las redes, como señala el Estudio anual de redes sociales 2019. 

Además, en Instagram se experimenta la pasión del shopping, se asegura en la aplicación, que añade que a ella no se llega con la idea de buscar un producto, sino que este te sale al paso y se percibe “la alegría de un gran hallazgo”, considera Apu Gupta, cofundador de Curalate, herramienta que ayuda a 1.200 marcas a servirse de las redes sociales para vender. Gracias a ella, Farfetch, American Apparel y Revolve se lanzaron a utilizar imágenes de los usuarios en su provecho. El descubrimiento del que habla Gupta “es fundamental cuando se compra en tiendas físicas y se está convirtiendo en decisivo para el comercio electrónico”.

Los fashionistas europeos consumen cinco veces más fotos que el usuario medio y revisan Instagram 15 veces al día, según el estudio Feed Fashion, elaborado por la propia aplicación, que se ha convertido actualmente en el escaparate inmediato que monopoliza el pulso de la actualidad y las tendencias. Un ámbito estético para surfear desde el móvil a través de imágenes y vídeos, a la caza de referentes que inspiren nuestro estilo personal y de vida.

A veces las prendas pierden muchos puntos en los sitios web de las marcas frente a cómo lucen en los stories de Instagram. Por ejemplo, a sus 50 años Trinny Woodwall es una crack del estilismo. Esta consultora y periodista inglesa sube vídeos desde los probadores de las tiendas que son seguidos por 495.000 personas. Tiene debilidad por las lentejuelas, que pasea mucho más brillantemente que en el canal de venta online. 

Entonces, ¿cuál es la fórmula del éxito para la venta a través de las redes sociales? “Un equilibrio entre autenticidad y aspiración”, responde Apu Gupta. “Las imágenes muestran los productos de una manera accesible, pero potenciada. Podemos imaginar una vida a nuestro alcance», añade. Lo corrobora Gonzalo Cebrián, fundador de Le Guide Noir, una plataforma que ayuda a 168 marcas como Prada, Pepe Jeans o Hackett a medir su impacto digital. “Venden lo auténtico y las historias reales. Eso sí, estamos en el always on transformation y las tendencias visuales cambian cada mes en cada nicho de la moda”, afirma.

La inspiración y búsqueda empiezan en la red y las firmas han tenido que posicionarse allí donde está su cliente. «El 75% de las ventas de moda nacen online y esto ha transformado el consumo», comenta Cebrián. Muchos se resistieron, “especialmente los grandes grupos, pero la entrada de nuevas marcas y el crecimiento de otras puramente digitales aceleraron el proceso”, apostilla.

Actualmente nadie cuestiona su presencia en las redes, pero no todos venden en ellas. Por ejemplo, las zapatillas Triple S de Balenciaga, ugly sneakers de rigor, fueron el instaproducto que atrajo la atención el año pasado, pero no se vendieron en la red social. En cambio, la alternativa de esta tendencia feísta, las Veja, consiguieron una venta consistente. Esta marca francesa fue considerada la instamarca más deseada de 2018 por Lyst, el buscador de moda en la red. Pero en este punto la web The Business of Fashion se preguntaba en un artículo: “¿El éxito en las redes sociales implica el éxito en el negocio?”. La conclusión: no siempre.

La búsqueda de nuevas marcas es un deporte instagramero. Muchas le deben su existencia, ya que esta red social puede actuar como incubadora. El contenido que producen y la empatía digital son fundamentales en su negocio: hablan, preguntan y escuchan a los usuarios. “Los nativos digitales ven lo social como un canal de adquisición de clientes”, asegura Gupta. De hecho, Instagram cuenta con 25 millones de negocios y la mitad no tienen sitio web.

Es innegable que las influencers dan forma al descubrimiento digital. “Son las grandes prescriptoras y el canal de exposición más directo y creíble”, afirma Marc Solé, cofundador de 21 Buttons, plataforma que facilita la compra directa desde las fotos, y permite a ambos obtener ingresos por ello. La aparición de los enlaces de afiliación y otras tecnologías a través de las cuales se puede comprar el producto en Instagram ha facilitado estas prácticas. “Las redes sociales generan el 50% de las ventas online en moda. Son el principal canal de recomendación. No nacieron para la compra y todavía hay deficiencias en la experiencia”, recuerda Solé.

Un 80% de los profesionales de la moda, el lujo y la cosmética trabaja con estas prescriptoras, según el Informe anual sobre márketing de influencia 2019, realizado por Launchmetrics. Pero para rentabilizar la inversión “hay que alinear los recursos que faciliten la compra, no es cuestión solamente de pagar a un influencer para que postee”, afirma Cebrián, que procura a sus marcas la tecnología más puntera. No obstante, como afirma Gupta, “no esperemos que la venta sea inmediata”.

Más de 130 millones de personas descubren productos etiquetados en Instagram cada mes. Pero Checkout no tiene planes inminentes de aterrizar en España. ¿La compra en redes sociales afectará al comercio electrónico tradicional? ¿Preferiremos los stories a las tiendas online? “Instagram tendrá un lugar importante, pero la web de la marca es vital”, opina Cebrián. Sin embargo, este panorama supone un desafío para Gupta, que afirma que “todo ese descubrimiento que se está dando en las redes no ocurre en los canales tradicionales como la web. El reto será hacer de la compra online una experiencia instagrameable”.

Las redes sociales han abierto un escenario sin límites para el placer de mirar. Estamos en la era del consumo emocional, no tan impulsivo como reflexivo, según afirma el sociólogo Gilles Lipovetsky. Internet ha abierto circuitos para buscar y encontrar las opciones más adecuadas.

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Adiós a los “Like” en Facebook

likes en facebook

ABC lo explica: Facebook ha tomado cartas en el asunto y quiere dejar atrás el descrédito que sufre la plataforma social desde hace unos cuantos años. Los likes, parece, desaparecerán muy pronto de las publicaciones en un intento por recuperar la transparencia y credibilidad.

El experimento de Facebook que puede acabar con la farsa del «influencer»


La red social comenzado a realizar pruebas en Australia eliminando los «Me gusta», pero los expertos aseguran que no tardará en ser una realidad a nivel global

Una vida fácil y, en ocasiones, basada en la mentira. Eso es, precisamente, lo que algunos usuarios han encontrado en las redes sociales. Plataformas como InstagramFacebookYoutube o Twitter han fomentado durante los últimos años que sea perfectamente posible que una persona se gane la vida a golpe de publicación. Para ello, sólo necesita una audiencia grande, cuanto más grande mejor, que pinche mucho en el botón de «like» de sus «posts». Si lo consigue, no pasará demasiado tiempo antes de que las marcas hagan cola para que publicite sus productos. Todo a cambio de una suma de dinero, claro está. Sin embargo, parece que ese modelo de negocio se ha encontrado con un bache importante en el camino. Y es que Facebook ya ha comenzado con las pruebas para ocultar el contador de «Me Gusta» en las publicaciones que se realizan en Australia.

La red social ya llevaba tiempo tonteando con la idea. A principios de mes, la investigadora Jane Manchun Wong adelantó que Facebook había iniciado las pruebas internas para ocultar el contador de «Me Gusta» y otras reacciones en la red social, como descubrió en el código de la aplicación para Android. «Estamos realizando una prueba limitada en la que los recuentos de me gusta, reacción y visualización de videos se hacen privados en Facebook. Recopilaremos comentarios para comprender si este cambio mejorará las experiencias de las personas», ha dicho ahora el portavoz de Facebook Jimmy Ramino a «The New York Times». 

Desde la red social afirman, a su vez, que han optado por dar este paso con el fin de mejorar las sensaciones del usuario. «Ciertamente, una gran parte de la prueba se basa en los comentarios de los investigadores de bienestar, y ciertamente hemos tenido comentarios positivos de expertos en salud mental respecto a su implantación. Hay evidencia de que ver el conteo de interacciones de una publicación afecta la forma en la que el usuario emplea la red social», apunta Mia Garlick, directora de políticas de Facebook Australia.

Más compromiso y menos vanidad

Facebook no es la única red social propiedad de Mark Zuckerbergque va a borrar el contador de «likes». Instagram también está testando dicha medida en algunos países, y es precisamente en dicha plataforma donde las cosas se les van a poner especialmente duras a los «influencers», ya que se trata de «su sitio» por antonomasia. «Esta medida va a obligar a que en redes sociales se premie más el compromiso del usuario que la vanidad. El compromiso con un “influencer” se mide más por el número de comentarios y de “clicks” que consigue para la empresa a la que representa que por el de “likes”, que además, al igual que en el caso de los seguidores, se pueden comprar», dice a ABC el  experto en comunicación y marketing de «influencers» Pablo Herreros.

El experto se muestra muy satisfecho por la decisión que ha tomado Facebook. Afirma que no le cabe ninguna duda de que la prueba terminará convirtiéndose en un éxito y que la eliminación del contador de «Me Gusta» no tardará en ser definitiva a nivel global: «Gracias a esto se va a ganar mucho en transparencia en redes sociales. Los “influencers” van a estar obligados a interactuar más con sus seguidores para que sus publicaciones ganen en número de comentarios, que es una medida mucho más adecuada a la hora de valorar la influencia de un usuario. También ayudará a ver de una forma más clara hasta que punto supone un “influencer” un buen negocio para una empresa que se quiera publicitar. Hasta el momento se prestaba especial atención para ello al número de “likes” y de seguidores».

Y es que, como apunta Herreros, esta nueva medida provoca que las empresas vayan «un poco más a ciegas» cuando están pensando en contratar a un «influencer» para que lleve a cabo labores de promoción. Algo que es bueno, porque tendrán que comenzar a fijarse en otras cosas más allá de los «likes». También ayudará a que sea más fácil desenmascarar a los farsantes. «Este cambio llevará a las empresas a profesionalizarse en el análisis de los «falsefluencers» (los influencers que compran seguidores falsos), utilizando las distintas herramientas que hoy sirven para saber cuántos seguidores reales y falsos tiene un influencer: HypeAuditor, IG Audit, FakeCheck.co, Faker Status People…», explica el experto. Y es que en las redes sociales no es oro todo lo que reluce. Ni mucho menos.

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Rihanna y los nuevos cánones de belleza femenina

rihanna y su nueva colección de lencería

La cantante de Barbados ya era un icono de moda antes de lanzarse al mundo de la moda y la cosmética. En sus dos último proyectos, uno con Fendi y otro con su propia marca de lencería, la cantante Rihanna no ha hecho más que cosechar buenas críticas y miles de millones. Su nuevo éxito radica en haber sabido incluir a toda clase de mujeres (y sus cuerpos) en una colección que vende a través de Amazon Prime. Lo cuenta ELPAÍS.

Rihanna planta cara a Victoria’s Secret con una línea de lencería inclusiva

La cantante muestra su colección en Amazon Prime Video con modelos de diferentes razas, tallas, con discapacidades y de diversa condición sexual

rihanna 2019
Rihanna tras el telón del desfile de Savage X Fenty, este mes en Nueva York. ILYA S. SAVENOKGETTY

Victoria’s Secret defiende un modelo de mujer muy concreto, que destaca por su delgadez. En Savage x Fenty tiene cabida todo tipo de tallas. Victoria’s Secret ha impedido durante 15 años la entrada en la compañía de modelos que se salieran de sus cánones de belleza, como es el caso de los transexuales. En Savage x Fenty tiene cabida todo tipo de mujeres. Y así lo demostró la cantante Rihanna, dueña de la firma, en la semana de la moda de Nueva York ante unos pocos afortunados que asistieron al desfile en el Barclays Center de Brooklyn. No obstante, la grabación del espectáculo (porque fue más que un simple desfile) ya está disponible en Amazon Prime Video

La artista, que contaba con una línea de maquillaje y otra de ropa deportiva (Fenty Beauty y Fenty Puma), lanzó la marca de lencería en 2018 tras llegar a un acuerdo con la firma TechStyle Fashion. Su intención era mostrar la variedad de cuerpos que hay entre las mujeres, desechando la regla publicitaria de que hay que diseñar el producto en función de un público concreto. Por ello, en su desfile de este mismo mes han participado modelos de diferentes razas y tallas, con discapacidades, miembros amputados, tatuajes y también transexuales. Algo muy diferente a lo que acostumbra la industria y, especialmente, la firma que se ha hecho famosa por sus modelos convertidas en ángeles con alas. “Queremos que las mujeres sientan que no están siendo excluidas solo porque tengan una talla diferente. Todas las mujeres merecen sentirse sexis, Nosotras somos sexis, somos multifacéticas y quiero que las mujeres expriman esa sensación al máximo”, dijo Rihanna al final del evento. 

Durante los 40 minutos que duró el desfile también se pudieron ver varias caras conocidas, como las modelos Cara Delavingne, Joan Smalls y las hermanas Gigi y Bella Hadid, que han sido ángeles de Victoria’s Secret. “Yo acepto todos los cuerpos. No tengo la genética de una chica de Victoria’s Secret y aun así me siento muy hermosa y segura con mi lencería”, explicó la cantante en una entrevista a Vogue

Savage x Fenty ofreció un evento de moda y música como ha sido habitual en los desfiles de Victoria’s Secret. Rihanna, con un conjunto de encaje negro, abrió el espectáculo con una baile. Las coreografías, creadas por la bailarina Parris Goebel, se sucedieron a lo largo del evento al ritmo de artistas como Normani, Halsey, Migos, Big Sean, Diplo y DJ Khaled. No se trata del primer desfile de la firma, que ya estuvo también en Nueva York el año pasado, pero esta vez ha tenido el aliciente de los números musicales y la grabación y difusión del espectáculo a través de Amazon.

Rihanna, a sus 31 años, es la cantante más rica del mundo, según la revista Forbes, con una fortuna de 600 millones de dólares, más de 532 millones de euros. De esta manera supera a grandes divas como Beyoncé, Madonna o Celine Dion. La mayor parte de sus ingresos proceden de su línea de cosméticos, Fenty Beauty, la cual creó en 2017 y facturó 570 millones de euros en sus primeros 15 meses, según France Press. De hecho, Rihanna ejerce ahora mismo más como empresaria que como cantante, pues no publica un disco desde 2016, año en el que lanzó Anti

Su salto a la moda le ha llevado a diseñar desde zapatos con Manolo Blanik, hasta vaqueros y ropa interior para Armani, además de crear joyas para Chopard. El pasado mes de mayo cerró un acuerdo con LVMH por el que el conglomerado de empresas de lujo más grande del mundo —que posee firmas como Givenchy, Loewe y Dior— compraba Fenty. De esta manera, Rihanna se convertía en la primera mujer en dirigir una casa propia dentro de de la multinacional y en la primera diseñadora negra al frente de una marca de la compañía. 

La de Barbados tenía una cosa clara cuando fundó Savage x Fenty: integrar a todo tipo de mujeres en su firma. Rihanna ha encontrado una nueva forma de expresión en la feminidad y la lencería: “Literalmente veo sus cuerpos como piezas de arte y realmente podemos crear un gran impacto visual gracias a eso”.

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Entrevista a Adrián Cordero en PAULA

entrevista comunicación adrián cordero

Invitado por la UCU Business School para reflexionar sobre el rol de la comunicación en el mundo actual, el experto compartió su visión acerca de los desafíos que enfrenta el sectory su repercusión en la sociedad. Esto conversó con PAULA.

Por J.H.r. Fotografías: Pablo Rivara.

Dice que cuando hay un cambio brusco en el mundo, procuramos nuevos relatos para explicarlo; que la sociedad busca establecer en quien confiar para lograr respuestas, y que en la actualidad, la incertidumbre es la nueva normalidad. “Esto es la selva”, advierte Adrián Cordero, Secretario General de la Escuela Internacional de Comunicación de Madrid y Director de Desarrollo Corporativo en BBDO España, durante su exposición en la jornada sobre transformación del rol del comunicador en las organizaciones. Sin embargo, lejos de alarmarse, el doctor en comu- nicación, es optimista: “los cambios generan oportunidades. Hay que con- ducir mirando hacia delante y no con el retrovisor”, afirma.

–¿Quién es comunicador hoy en día?

–Creo que Internet, las redes sociales y la tecnología tan barata han hecho que la figura del comunicador no sea ya algo excluyente, sino que todos llevamos un periodista o cotilla (chismoso) dentro. Nos gusta documentar.

–¿Todo el que tenga un teléfono a mano?

–Efectivamente. Digamos que antes, si no tenías una buena cámara fotográfica o los medios para difundir determinado tipo de información, tu capacidad de influencia era reducida. Este concepto de periodismo ciudadano, en el que la gente transmite y comenta, se multiplicó ene veces con las redes sociales. La capacidad de acceso en tiempo y en dimensión a cualquier tipo de información es otra. Antes, la comunicación era una opción, ahora es algo intrínseco a cualquier actividad, y eso vale tanto para las empresas como para los directivos o los políticos. Vivimos en un mundo sobreinformado, sobreexpuesto y en el que hay un nivel de vulnerabilidad brutal en cualquier actividad.

–Precisamente por eso, ¿es conveniente que cualquiera tenga esa potestad?

–Creo que hay una dicotomía entre lo que es ejercer el periodismo con un código ontológico y una formación o capacitación detrás, y las personas que por el hecho de tener equis seguidores o determinado tipo de aceptación, difunden información pagada o no. Yo estoy en contra del concepto de influencer.

–¿Qué es un influencer?

–Pues, por definición es alguien que tiene cierta capacidad de prescripción para determinado tipo de personas que ven en su modo de vida, en sus opiniones o en su posicionamiento, un elemento a tener en cuenta. El ser humano tiene un componente mimético, incluso irracional, y eso de seguir a las personas, muchas veces obedece a un punto de vista aspiracional. En estos momentos hay un debate sobre si un influencer tiene la misma legitimidad que un medio de comunicación, porque los primeros no están sometidos a las mismas leyes, ni al mismo código ontológico ni a un corpus que ha hecho que esas personas puedan ejercer su profesión respondien- do en instancias civiles o penales por lo que publican o difunden.

–Hace algunas semanas se hablaba del tema en términos tan fuertes como estafa digital.

–Lamentablemente, la tecnología y los algoritmos han facilitado las herra-mientas para que se puedan conseguir seguidores ficticios y hay centros de datos en algunos países que lo único que hacen es aumentar esos seguido- res. De todas maneras, creo que toda tecnología y toda dinámica nueva, siempre genera una distorsión que luego de un efecto péndulo, vuelve a centrarse. Pero claro, vivimos en un momento en que hay tal sobresaturación informativa que la gente no es capaz de digerir y eso nos coloca en la batalla por la confianza. En función de la confianza que unauente me genere, yo no voy  a cuestionar esos temas. Antes existía un mayor elemento de contraste. La gente se informaba más, pero ahora las nuevas generaciones no ven casi informativos, no leen periódicos.

–¿No hay interés?

–Consumen la información de manera diferente. El problema es que vivimos en la sociedad del espectáculo; el deporte es espectáculo, la política es espectáculo y lamentablemente, nos corresponde la autocrítica porque los medios de comunicación han entrado en esa dinámica, dejando un poco de lado la reflexión y el elemento sosegado. Muchas veces, los medios entran en esa carrera de la inmediatez e intentan medirse como las redes sociales. Todo tiene su cosa buena y su cosa mala. Mi análisis no es destructivo, ni tiene un mensaje de ‘antes estábamos mejor’. Creo que son los nuevos tiempos y vienen de la mano de una cultura de la exposición o de la sobreexposición, incluso. El otro día hablaba con un amigo sobre los rankings de gente que  al  año muere  haciéndose selfies:

70 personas perdieron la vida, uno tomándose la foto desde un puente, otro en la cascada de no sé dónde, otro en un volcán. Entonces, esa cultura del espectáculo y de procurar agradar en todo, genera una cierta imagen distor-sionada. Hay una serie muy interesante, Black Mirror, que pone de mani- fiesto determinado tipo de situaciones y un capítulo específico trata este tema de los likes. Esto nos lleva a otro tipo de debates: la exposición, quién maneja los datos, la dicotomía entre privacidad y seguridad, que ya se da en otros países, los límites a la hora de acceder a determinado tipo de datos a través de compañías como Facebook  o Google. Son nuevos tiempos, y las personas que venimos de un  universo analógico, que somos emigrantes digitales, que recordamos cómo era nuestra infancia y que consumíamos la información mediante una cosa que se llamaba biblioteca, todavía poseemos un elemento de contraste. Pero aquellas personas que son nativas digitales, como mis hijos, lo hacen de otra forma. Entonces o te adaptas e intentas combinar lo bueno de todo  los  mundos o…

“Vivimos en un momento en que hay tal sobresaturación informativa que la gente no es capaz de digerir y eso nos coloca en la batalla por la confianza. En función de la confianza que una

Mi hija de 15 años consume información por encima  de  la  media:  ve el telediario y el periódico porque en  mi casa se ve el telediario, pero doy fe que en su clase, casi nadie ve las noticias; usan YouTube e  Instagram. Lo interesante es que estando  aquí en Montevideo, me entero más de lo que hace mi hijo de 26 años que está en Irlanda, y de lo que hace mi hija en Madrid, que por nuestro grupo familiar de Whatsapp. ¿Eso es bueno o malo? Depende. Creo que es más una cuestión de cómo se utiliza. El problema es que no se educa a la gente para consumir información y discernir qué es una fuente fiable. Tú no puedes poner en la misma categoría a un influencer que a un medio de comunicación. Creo que eso hay que explicarlo, en el colegio, en la universidad, en las escuelas de negocios. Normalmente la gente no se para a reflexionar, la gente consume.

–¿Cómo nos defendemos entonces de la posverdad y de las fakenews?

–Básicamente la gente consume información que reafirma sus estados de opinión. Hay otra serie muy interesante, que se llama The newsroom, de Aaron Sorkin, y muestra a un periodista estrella de Nueva York. En una escena en que hay una discusión sobre la audiencia, el protagonista dice ‘sí, la gente lee las noticias que quiere, pero la gente elige la realidad que quiere’. Nosotros nos movemos en círculos cerrados. Es igual que en los grupos  de Whatsapp; en ellos hay una afinidad ideológica y parece que casi todo el mundo piensa exactamente lo mismo sobre si odia la caza o le gustan los toros, y eso realmente no es permeable a otro tipo de opiniones.

Entonces ahora mismo no hay confrontación. No hay diálogo sino simplemente posiciones encontradas. Creo que además hay un problema de confianza en las instituciones y en un momento dado, la ciudadanía busca fuentes alternativas. Por ejemplo, un amigo no sabe nada  de bolsa, es fontanero, pero como me recomienda que compre acciones de algo, yo le doy credibilidad basado en un capital de confianza. Ahora mismo, la batalla es por ver cuáles son las fuentes en las que deposito mi confianza y que cuando me dan información, no me paro a contrastarla. En un momento dado me pueden dar una noticia correcta y en otro, una que no lo es.

–o que es paga…

–También. Los medios de comunicación también hemos entrado en esa batalla. Ahora mismo, los medios están con el branding content. ¿Qué es? Una versión sofisticada del antiguo publirreportaje: una información que abordo de manera periodística pero que tiene una transacción económica detrás. Nos movemos para ofrecer contenido novedoso e interesante. Además, hoy cabe la posibilidad de que las marcas generen información con medios propios. Hay entidades financieras que dedican su inversión en comunicación a sus propios medios: tienen la tecnología, pueden abrir su propio canal de YouTube, crear productos y luego se los dan a los medios de comunicación que les sirven como plataformas. Las marcas intentan buscar influencia, acceso y ganar en credibilidad. Para eso utilizan todas las vías que tienen a su disposición: publicidad tradicional,

–Creo que hay que entender esta cuestión desde el punto de vista de que todas las organizaciones generan una percepción y que todas transmiten algo tanto consciente como inconscientemente. Cuando hay una conside- ración estratégica, la comunicación es lo que separa la identidad de la imagen percibida. Mi marca es de una deter- minada manera, y la perciben también de determinada manera. ¿Cómo puedo hacer que mis públicos objetivos me perciban de manera fehaciente? A través de la publicidad, la  relación  con los medios y la comunicación interna. Las organizaciones, las marcas, los partidos políticos, necesitan establecer vínculos con sus grupos de interés. Antes, esto era una opción; ahora es una necesidad.

Una empresa si quería metía publicidad, y si quería hablaba con un medio. Ahora, el nivel de accesibilidad y de vulnerabilidad es tal,  que hay que manejarlo porque hasta situaciones potencialmente favorables pueden volverse en contra. Al final nos movemos en lo políticamente correcto y hay tantos colectivos que pueden ser sensibles a cualquier acción de  una organización, sea por omisión o de manera consciente, que siempre habrá alguien que entre en conflicto. ¿Qué  es lo que pasa? Que ahora mismo esos colectivos tienen el poder de transmitir a través de las redes sociales de manera rápida, barata y llegando a determinado tipo de cuestiones. Eso es necesario analizarlo y darle seguimiento. Creo que las marcas y las organizaciones tienen que entender que hay que generar una actividad

–En este escenario ¿cómo se logra mantener la identidad?

–Lo que pasa es que la identidad también va evolucionando. La identidad es una manera de ser o de comportarse que implica unos códigos de valores, pero la sociedad cambia y por lo tanto, te tienes que adaptar. Al final, el entorno da valor. Por ejemplo, los temas de sustentabilidad y medioam- biente. La cultura de hace 30 o 40 años no es la que hay ahora al respecto, o la cultura sobre determinados derechos civiles no es la que había hace unos años, y las organizaciones deben evolucionar, cuestionando o actualizando sus códigos de valores y de conducta.

No es lo mismo la España de hace cincuenta años cuando todo el mundo era católico, que ahora con la inmigración, con un minoría musulmana, una judía y una maoísta. Eso repercute en cosas tan sencillas como que yo no voy a poner en el comedor de la empresa carne de cerdo todos los días porque hay determinados colectivos que no lo van a comer o porque tienen que celebrar el Ramadán o por tal o cual cosa. Eso me obliga a adaptar, ya no la comunicación, sino las políticas de mi organización a los nuevos tiempos. Esta semana, la noticia fue que Victoria’s Secret canceló definitivamente su desfile de ángeles. Hace cinco años era impensable que esto sucediera porque esa pasarela era una seña de identidad y un fuerte de su estrategia de marketing. Pero en tiempos de #MeToo y de evitar temas como la cosificación de la mujer, escucharon a los empleados, a los clientes y al resto de la sociedad. Al final, la comunicación es un elemento de interacción entre la organización y sus grupos de interés.

–¿Cómo se vencen los prejuicios o la inercia de la tradición para lograr esa apertura?

–El mundo es global y la gente cada vez se mueve más. Hay quienes nacen aquí, pero se van a estudiar afuera y luego vuelven. Creo que los cambios culturales a nivel de país son lentos, pero lo importante es la tendencia y es inevitable que tarde o temprano se den cambios en determinada dirección. Habrá movimientos de resistencia, que hacen que vaya más despacio, pero no se le puede poner puertas al campo. Si la tendencia internacional es tal y esta- mos en sociedades democráticas y abiertas…

No vivimos en China donde tienes limitado Internet o no puedes ver YouTube. Cuando la tendencia es la que es, tardará más o menos, se hará de determinada manera, pero la dirección es esa, y me adapto o la dinámica me saca del mercado. Hace unos años nadie podía pensar que marcas como Kodak iban a desaparecer, pero no supieron adaptarse a los tiempos y los tiempos se los llevaron por delante.

“Son nuevos tiempos, y las personas que venimos de un universo analógico, que somos emigrantes digitales, que recordamos cómo era nuestra infancia y que consumíamos la información mediante una cosa que se llamaba biblioteca, todavía poseemos un elemento de contraste. Pero aquellas personas que son nativas digitales, como mis hijos, lo hacen de otra forma”.

–¿Cómo interviene la formación?

–Es muy importante porque en determinados ámbitos no se habla de la comunicación como se debería. Por ejemplo, si ves los programas de los MBA y los analizamos, hay muchas finanzas, mucha estrategia, mucha logística y recursos humanos, pero a los futuros directores generales o CEO de empresas, no se les habla de comunicación o de reputación. Por otro lado, hay muchas profesiones que tienen que integrar este tema. Vivimos en una sociedad basada en la interacción y da igual que seas un médico o un arquitec- to. Necesitas comunicarte, manejar las redes sociales porque nos movemos con códigos de comunicación cada vez más emocionales, más simbólicos y más audiovisuales.

No se puede seguir contando las cosas de la misma manera porque la gente no consume información de la misma manera. Las compañías necesitan profesionales que gestionen sus necesidades de comunicación y estos tienen que venir de la Academia, sean de grado, posgrado, mastero capacitación continua. Además, el mundo de la comunicación está en permanente transformación, por lo tanto no basta con formarse en un momento dado, sino que hay que desarrollarlo de forma permanente, sea en temas de branding content, storytellying, redes sociales o lo que sea. Y es permanente porque la tecnología cambia y también las necesidades que se plantean.







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La cosmética española sigue al alza

cosméticos indices venta españa

La publicación CincoDías se hace eco de los excelentes datos que vive el sector de la cosmética en nuestro país. Las exportaciones no dejan de crecer, la seguridad ofrecida por el marca de la Unión Europea y la calidad de los productos favorecen que el ámbito de la belleza española siga su conquista internacional.

La cosmética española bate récords

Las exportaciones del sector aumentaron un 8,8% en el primer semestre del año

La cosmética española bate récords

La exportación de productos de perfumería y cosmética española atraviesa un momento excelente. Prueba de ello es que este mercado experimentó un crecimiento récord del 10% en 2018, lo que situó el valor de las exportaciones españolas de cosmética general en 4.260 millones de euros. Una buena tendencia que va camino de repetirse, pues según las cifras de la Asociacion Nacional de Perfumería y Cosmética (Stanpa), estas transacciones crecieron un 8,8% durante el primer semestre de 2019 respecto al periodo homólogo del año anterior, lo que se traduce en 2.257 millones de euros.

La directora internacional de Stanpa, Susana Arranz, achaca este éxito internacional a la equilibrada combinación que caracteriza a la cosmética española. “Nuestros productos tienen la misma fiabilidad que los alemanes, un diseño al nivel de las marcas italianas y una relación calidad precio mucho más competitiva que la de los franceses”, reivindica. Tanto es así que es una de las industrias que más se ha desarrollado en el extranjero en el último año. En concreto, los artículos de las categorías de perfumería, cuidado personal y protección de la piel han sido las más exportadas en 2019, registrando crecimientos del 10%, 6% y 12%, respectivamente.

Unos datos que sitúan a España en el top 10 mundial de los países exportadores de productos dedicados al cuidado y la higiene personal. En concreto, ocupa la novena posición de un listado que encabeza Francia con 19.500 millones de euros, seguido de China con 11.650 millones y Estados Unidos con 11.270 millones. En este informe, el valor de los productos españoles exportados, que ronda los 4.150 millones, es ligeramente inferior que la cifra que proporciona Stanpa, pues la base de datos de la ONU (COMTRADE) no incluye las partidas arancelarias relativas a accesorios de belleza como pinzas, brochas o cepillos en este apartado, como sí hace la asociación de perfumería.

Los altos estándares de calidad y seguridad que ofrecen los países de la Unión Europea hacen que sea este el mercado preferido por los compradores de cosmética, según Arranz. Y en concreto, en los últimos cinco años, España ha liderado el ritmo de crecimiento del sector en la región, con una subida del 51% en el valor de las exportaciones, frente al 44% de Italia, el 32% de Francia, el 19% de Alemania o el 8% que acumula Reino Unido.

Las marcas que se engloban bajo el paraguas Beauty from Spain están presentes en más de 150 países, aunque se exportan mayoritariamente a la Unión Europea, donde tienen lugar el 56% de las transacciones. Destaca especialmente Francia, que ha vuelto a la primera posición y es el destino del 30% de los productos españoles que se comercializan en la UE. El 44% restante se reparte entre Norte América, Latinoamérica, Asia Pacífico y Oriente Medio.

Por su parte, y aunque Estados Unidos sigue siendo el primer mercado extracomunitario de la fabricación española en 2019, es China quien funciona como el verdadero motor de crecimiento para la industria. Las exportaciones aumentaron un 136% en 2018, una cifra que va camino de mejorarse este año, pues solo en el primer semestre, las ventas han ascendido un 96% respecto al mismo periodo del curso pasado.

En términos generales, el sector lleva registrando una balanza comercial positiva desde el año 2006, con una cobertura del 139% y un saldo comercial que ronda los de 1.200 millones de euros, lo que lo sitúa por encima de sectores tan emblemáticos como el del vino, calzado o aceite de oliva. Unos buenos resultados que, para la directora internacional de Stanpa, beben de que el 3% de los beneficios de las compañías se destinan a la innovación y alrededor del 20% de los empleados del sector tiene un perfil científico. Arranz también celebra la diversidad de una industria en la que el 86% de las empresas son pymes que cada vez se animan más a salir al exterior. “El sector está tan diversificado que las épocas de incertidumbre no influyen prácticamente”, justifica.

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Thinking MU: la apuesta por prendas recicladas

sostenabilidad en moda thinking mu

Es una de las tendencias más claras de la próxima década: la sostenibilidad en el sector de la moda está haciéndose paso. Desde las grandes marcas, el uso del packaging reciclable o la aplicación de productos con menor impacto medioambiental. Una de las últimas marcas en involucrarse es Thinking Mu tal y como cuentan en Fashion United.

La firma española Thinking MU aumenta el uso de prendas recicladas y del cáñamo en sus colecciones

La firma española Thinking MU aumenta el uso de prendas recicladas y del cáñamo en sus colecciones

Las firmas eco-sostenibles que reciclan los residuos están cobrando mucha fuerza en el mercado de la moda, inspirando tanto a nuevos emprendedores como a consumidores. En Barcelona, ciudad pionera en temas de moda sostenible, cuatro amigos –Pepe Barguño, Miquel Castell, Alex Arenas y Carlos Cortadellas- decidieron crear Thinking MU en 2010. Desde entonces la marca ha crecido y se comercializa a nivel internacional. Entrevistamos a Pepe Barguño, uno de los fundadores, licenciado en sociología y botánica.

¿Cómo definirías Thinking MU? 

La firma que hemos creado ofrece productos de moda urbana para inconformistas y con actitud positiva. 

Háblanos de las 3 colecciones que comercializa la marca. ¿Qué materiales se usan? 

Dividimos nuestras colecciones en tres apartados. Por un lado, tenemos la colección principal elaborada siempre con materiales orgánicos, tintes biodegradables no tóxicos y cumpliendo con las garantías de un comercio justo y con la garantía de que tenemos certificados GOTS y OCS. 

Por otro lado, tenemos la colección llamada TRASH, que es nuestro proyecto residuo cero en el que todas las prendas tienen un porcentaje importante de materiales reciclados que junto con otras fibras sostenibles como el Tencel, el algodón orgánico o la lana, conseguimos nuevos tejidos siempre certificados con los sellos GRS y RCS. 

Además, encontramos nuestra parte de la colección hecha a partir de HEMP. Con el uso de este tejido hecho a partir de cáñamo orgánico apostamos por uno de los cultivos más sostenibles de la historia. El cáñamo crece cuatro metros en cuatro meses sin apenas agua, alcaliniza los suelos ácidos y mantiene el suelo firme. Y además todas nuestras prendas Hemp están teñidas con flores. 

¿Dónde se fabrican las prendas? 

Fabricamos nuestras colecciones en Barcelona, Portugal, India y China.

La firma española Thinking MU aumenta el uso de prendas recicladas y del cáñamo en sus colecciones

¿Dónde se distribuye Thinking MU en Europa y cuál es su mejor mercado?

Distribuimos en casi todos los países de Europa, y tenemos también algún punto de venta en Japón, Corea y en los Estados Unidos. Pero nuestros principales mercados son Francia, Alemania y Bélgica. 

¿Cómo se diferencia Thinking MU en Francia? ¿Existe una dificultad en este mercado debido a la fuerte oferta de productos “éticos”? 

No, al contrario. Entre todos hemos creado un mercado que no existía y hemos dado a conocer a la gente la necesidad de un consumo más sostenible, así como de la existencia una realidad que los necesita de su parte para el cambio. 

En este caso nos diferenciamos con nuestra propuesta gráfica, de diseño, nuestra forma de comunicar y sobre todo, con nuestra apuesta por la transparencia. Creemos que es muy importante explicarlo todo y demostrar que somos fieles a los valores que transmitimos y que no es una cuestión de marketing como puede pasar con otras marcas. 

¿Cuál sería tu mensaje para la gente que todavía no consume moda reciclada, sostenible?

¡Que abran los ojos! El siglo XXI en el que vivimos ofrece multitud de formas de consumir productos de moda que no dañan el planeta. 

¿Qué proyectos tiene la marca para el fin de año y 2020? 

Preparamos varias cosas interesantes. Siempre tenemos nuevas colaboraciones, nuevas familias de productos y constantemente estamos buscando nuevas fibras y tejidos sostenibles con los que trabajar y avanzar.

Esta temporada hemos introducido chaquetas totalmente impermeables hechas de algodón orgánico. 

Además, nuestra intención para 2020 es conseguir que un 25 por ciento de la colección sea TRASH, que otro 25 por ciento sean prendas hechas de HEMP y el resto siga siendo nuestra colección estándar hecha de materiales orgánicos.

ImÁgenes: Thinking MU

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Zalando da un paso más hacia la marca sostenible

sostenibilidad marcas zalando

Por ahora solo serán 4 los países que experimenten este nuevo proyecto. Zalando quiere apostar por el packaging reutilizaba -una técnica que por ejemplo ASOS lleva implementando desde hace años con los paquetes de reenvío. Sin duda, la marca ha sabido escuchar una de las tendencias más importantes de la próxima década: ser una marca sostenible. ¿Lo conseguirá? Nos lo cuenta REASON WHY

Zalando prueba a usar un packaging reutilizable que los clientes deben devolver

  • La idea es que los clientes devuelvan al almacén las bolsas en las que llegan sus pedidos
  • Es un proyecto piloto que estará activo en Finlandia, Noruega, Suecia y Dinamarca durante cuatro semanas

Cada vez más marcas ponen en marcha pequeños gestos en favor del medio ambientepara atender una demanda creciente por parte del consumidor. En el caso de Zalando, su contribución será un proyecto piloto que durará 4 semanas y que busca probar la efectividad de usar un packaging reutilizable.

El packaging reutilizable de Zalando

Los 10.000 clientes de la marca en Finlandia, Noruega, Suecia y Dinamarca serán quienes puedan recibir estas bolsas reutilizables de Zalando en sus casas, que luego deberán devolver a la compañía. La prueba requiere un compromiso mucho mayor por parte del cliente final

De esta manera, la firma de ropa alemana podrá usar el mismo packaging varias veces y así reducir la huella ambiental que genera su sistema de logística. Desde la compañía, Uwe Streiber explica que el cambio requiere procesos estandarizados y opciones de entrega centralizadas para poder devolver los envases reutilizables. “Este embalaje transforma el material de los residuos en recursos. Un sistema uniforme en el que los clientes puedan devolver el embalaje facilitaría la tarea de todos”. Asegura además que el sistema supone un reto para los propios consumidores debido a que la experiencia de desempaquetado ya no será la misma y además deberán tener un compromiso mayorpara devolver el envase que les ha llegado a sus casas.  

Para este proyecto piloto Zalando trabaja en cooperación con la startup finlandesa RePack. Esta compañía ya ha realizado pruebas similares previamente con otras de comercio electrónico como H&M (con su marca grupal Weekday), Mud Jeans, Tchibo y Otto. Sin embargo, desde Zalando apuntan que para que el concepto de envases reutilizables sea escalable “es necesario que toda la industria del comercio electrónico sea consciente del problema medioambiental que se está creando”.

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FASHION, el canal de Youtube para la moda

fashion youtube

Era cuestión de tiempo que Youtube reaccionara ante el auge de los influencers en Instagram. Para recordar todo su potencial, la plataforma de video ha lanzado FASHION, un canal específico de moda para marcas y seguidores. Noticias como esta – publicadas en Business Insider- recalcan la necesidad de profesionales formados en el ámbito del lifestyle y marketing retail.

YouTube crea Fashion, una nueva sección con los mejores vídeos de modistas, influencers, marcas emergentes y desfiles para los amantes de la moda

Google ha anunciado a través de su Blog Oficial la creación de un espacio en YouTube dedicado en exclusiva al mundo de la moda y la bellezaFashion

En este área se compartirá contenido original de celebridades de la industria, sus creaciones, análisis de marcas, anuncios de importancia y todo lo que pueda ser interesante para los aficionados a la moda.

El espacio nace de la creciente demanda a nivel mundial que existe sobre todo lo relacionado con la moda y la belleza y según lo explicado en el blog, el objetivo es que “cualquiera que busque contenido relacionado con este arte tenga un lugar al que acudir o encuentre inspiración en lo que ve”.

El contenido de Youtube.com/Fashion se enfoca hacia cuatro temáticas:

  • Estilo de los creadores favoritos: vídeos de modistas, gurús de la moda, influencers…
  • Colaboraciones con la industria: espacio en colaboración con las marcas de moda más importantes y otras emergentes.
  • Directamente desde la pasarela: retransmisión de desfiles e imágenes entre bastidores.
  • Acceso a la industria: contenido enfocado al trabajo que hacen toda clase de profesionales del sector, una mirada desde dentro.

Desde el primer día, el espacio Fashion de YouTube se quiere transformar en un referente “diverso e inclusivo, lleno de las últimas tendencias de moda y belleza”.

En un sector donde parece que Instagram se está transformando en el gran espacio para dar publicidad y conocer las últimas novedades, Fashion es la gran apuesta de Youtube por la moda que arranca desde hoy mismo.

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El olor de Zara

neuromarketing zara

Es poderoso. La ciencia lo avala. El olor que desprende un local puede ayudar a aumentar las ventas. El neuromarketing está de moda desde hace tiempo pero algunas marcas como Zara han sabido explotarlo especialmente bien. En este artículo repasábamos las claves del neuromarketing, una materia que forma parte de nuestros máster de comunicación. En este post, ELPAIS analiza la empresa en la que el gigante Inditex ha puesto sus ojos para diseñar su olor.

La empresa que engancha a los clientes de Zara por el olor

El crecimiento de la firma de ‘marketing’ sensorial Trison está ligado al gigante Inditex, que aporta la mitad de su negocio. Ha comprado dos empresas desde 2018

No hay tienda, banco o restaurante que se precie que no intente enganchar a sus clientes a través de los sentidos. Bien lo sabe Trison, que en sus 20 años de vida se ha convertido en uno de los proveedores líderes europeos en integración audiovisual, acústica y olfativa para grandes empresas comerciales, de automoción, hoteleras… Un sector que, cuando Carlos Saavedra (Cesuras, A Coruña, 1952) fundó la compañía en la localidad gallega de Sada, estaba prácticamente en pañales. Hoy las corporaciones españolas que han digitalizado sus instalaciones, han incrementado sus ventas un 39%, según la escuela de negocios IEBS, ya que parece que los consumidores se rinden ante las emociones que este tipo de mensajes tienen sobre los sentidos.


Trison comenzó como una empresa de instalaciones acústicas, dando servicio a eventos, conciertos o auditorios, hasta que su fundador vio la oportunidad de ampliar el negocio en el mundo del comercio minorista. Percibió cómo las tiendas necesitaban no solo mejorar su música ambiental sino avanzar hacia la digitalización total: desde la colocación de grandes pantallas donde asomar al exterior sus productos a altavoces que emiten música creada ex profeso para ellas o la aromatización de sus espacios para que esas esencias terminen reconociéndose como parte intrínseca de cada marca.

Fue entonces cuando Trison empezó su aventura como una empresa “multisensorial”. Y lo hizo por la puerta grande, con la incorporación de Inditex a su incipiente cartera de clientes, lo que le ha permitido experimentar un importante crecimiento. El grupo de moda gallego brilla con luz propia en Trison, ya que genera el 50% de su facturación y lo reconoce como su principal proveedor tecnológico, indica Alberto Cáceres, consejero delegado de la firma de Sada.

Al margen de Inditex, Cáceres incide en la importancia de sus clientes, independientemente de la inversión que requieran. “Hacemos obras que van desde 10.000 hasta un millón de euros y todas son igual de valiosas”. Los comercios copan la mitad de sus proyectos, con clientes como la cadena de perfumerías Sephora, la joyería Tous o C&A, además de las enseñas de la multinacional gallega como Zara, Pull & Bear o Massimo Dutti. Marcas a las que se unen otras como los hoteles Accor o Premier Inn, franquicias como Starbucks, bancos como BNP, y Audi o Porsche del sector del automóvil, entre otros.

Un centenar de países

Desde 1999 hasta ahora, la empresa ha crecido en progresión geométrica, lo que la ha convertido, según Cáceres, en el líder europeo de su sector. “Somos los únicos que hacemos tanto contenido como conceptualización en más de 100 países. Y lo hacemos igual en Tailandia que en España. En Europa somos el operador más completo”.

Sin aportar cifras de facturación del primer semestre de 2019 y sin previsiones para 2020, el pasado año su caja rondó los 60 millones de euros, con un beneficio de 1,67 millones antes de impuestos. El grueso llega de la parte audiovisual, con un 79% del total; seguido del sonido, con un 15% y un 6% de la aromatización.

De los cuatro empleados que tenía la plantilla en sus comienzos ha pasado a 250 trabajadores directos y más de 2.000 indirectos, sobre todo instaladores que se reparten por todo el mundo. Acumula más de 14.000 proyectos y tiene 12 delegaciones entre España (con sedes en Madrid, Barcelona y Sada), Reino Unido, Rusia, Turquía, China, Taiwán, Japón, Corea del Sur, Estados Unidos y México.

Pese a su amplia cobertura geográfica, Europa sigue siendo su principal foco, “aunque tengamos proyectos en todo el mundo”, comenta el consejero delegado. Proyectos que se realizan con materiales que llegan desde China, Taiwán y Corea (especialmente las pantallas y las piezas electrónicas), aunque también tiene una pequeña parte de la producción en España. “Entre un 40% y un 50% de las cajas de madera para los altavoces, sobre todo los que personalizamos para nuestros clientes, llegan desde Cedeira (A Coruña), de manos de carpinteros de la zona”, indica Cáceres.

A partir de 2017 la empresa tomó un nuevo rumbo con un cambio en el accionariado. La firma de capital riesgo Portobello se hizo con el 70% de las acciones, mientras que el resto sigue en manos del fundador, según fuentes de la empresa. “Su entrada supuso un empuje en la internacionalización de la compañía”, apostilla Cáceres.

Fue entonces cuando el directivo desembarcó en Trison con varios objetivos, entre ellos potenciar la diversificación y convertirla en una empresa global. De hecho, el 77% de sus proyectos actuales están fuera de España. Destacan la tienda de Zara en la galería milanesa de Vittorio Emanuele, la de New Balance en Shanghái o la instalación de la pantalla táctil curva más grande del mundo en el metro de Riad (Arabia Saudí), con 37 metros de largo y 1,2 de alto.

Adquisiciones

En estos dos últimos años Trison también ha sacado la chequera. En 2018 se hizo con la francesa TMM Comunication, especializada en señalización digital y soluciones audiovisuales, con más de 25 años de experiencia. Con una facturación de 10 millones de euros y 55 empleados, ha incorporado clientes como Mercedes Benz, Carrefour, Danone o el grupo bancario BNP.
En 2019 le ha tocado el turno a Beaver Group, una compañía digital británica, con más de 20 años de historia. Su facturación se acerca a los cuatro millones y su plantilla es de 40 personas. Entre sus clientes destaca Starbucks.

Ambas empresas han venido a respaldar su negocio y a reforzar su liderazgo. “Nos guio sobre todo su carácter estratégico. Por un lado, son agencias digitales con un área de creación de contenido muy importante y, por otro, están implantadas en mercados muy potentes como Francia y el Reino Unido, que forman el trío ganador junto con Alemania”, asegura Cáceres.

Con estas adquisiciones, Trison ve cómo su cartera de clientes se amplía con compañías con un gran potencial económico y de amplia implantación y “al mismo tiempo ellas se benefician del bagaje que les ofrecemos. A partir de ahora, serán capaces de dar un servicio más global y aumentar su capacidad operativa”, agrega.

Parece que por ahora han echado el freno para nuevas compras. “No está entre nuestros planes adquirir otras empresas, aunque si surge una nueva oportunidad que sea interesante, estamos abiertos. Nuestras inversiones tienen como fin completar la cadena de valor”, concluye el consejero delegado.

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