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A principios del siglo pasado un periodista económico preguntó a J.P. Morgan, fundador del poderoso banco que lleva su nombre, cómo había conseguido convertirse uno de los hombres más ricos del mundo. “Es sencillo –respondió- sólo me he interesado los mejores negocios con el mejor estilo”. Hoy en día muchos prestigiosos medios financieros incluyen en su contenido información de estilo de vida. En mi opinión, ello no les hecho más frívolos, sino más visionarios.

No es necesario salir de España para comprobar esta nueva visión de los negocios. Basta con abrir el especial Fuera de serie del diario Expansión para comprobarlo. Su publicación coincide con las fechas de mayores ventas de este medio. Su edición cuidada y su formato atractivo le permiten competir con publicaciones tradicionales de estilo y moda. Nos habla de tiendas y restaurantes que debemos conocer, lugares que hay que visitar y costumbre que es preciso que adquirir.

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Pensemos en otro caso. ¿Es Forbes una revista económica con estilo de vida, o una revista de estilo de vida con información financiera? Quienes pusieron en marcha publicaciones como estas eran conscientes de que identificar tendencias no sólo es una manera de distinguir y potenciar la personalidad, sino también, y sobre todo, una excelente forma de identificar oportunidades de negocio. Muchos de los mayores casos de éxito reciente en el mundo de los negocios se basan en la potenciación del estilo de vida.

Show me the experience!

El beneficio no es suficiente. Hoy ya no se suscribe simplemente un plan de pensiones. Ahora, lo que se adquiere y espera, es la puerta de acceso a un futuro estilo de vida. Basta con ver la comunicación de cualquier institución financiera para comprobar que ella las personas están muy por encima de las cifras, y las emociones superan las razones. Hasta las cifras, cuando aparecen, se presentan en atractivas infografías.

El mundo de las finanzas ya no es interpretado como un fin, sino como un medio para alcanzar el tipo de vida que deseamos, independientemente del poder adquisitivo. Nadie es más pobre en sus sueños, pero tampoco vive igual. Ya no confiamos nuestro dinero al que es simplemente el mejor gestor. Esperamos de él que sea cómplice y un cicerone que nos oriente en un mundo de ventajas y experiencias exclusivas y fascinantes.

A los banqueros hoy no les basta con exponer razones. Han de ser capaces de proyectar emociones, y eso es algo que pasa por cuidar todos los detalles de la Brand Experience desde el primer momento hasta el último de la relación. Un síntoma de ello es la extensión a las sucursales de una imagen y una vivencia de la marca hasta ahora reservada a las oficinas Premium de la banca privada como USB.

Las finanzas son y han sido siempre un negocio, pero su futuro será incierto si no saben apoyarse en un estilo propio, diferencial y coherente. En una experiencia de marca que aporte valor percibido a un sector cada vez más indiferenciado en su oferta… Ya lo decía J.P.&

Tags : brand experiencefidelizaciónfinanzas

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