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La forma de comunicar y de acercarnos al consumidor está en constante cambio. Nos enfrentamos a nuevos públicos, que consumen nuevos Medios y las marcas tienen muy claro que deben adaptarse y manejar sus mismos códigos.

Las agencias de comunicación y marketing global, nos hemos convertido en “organismos” llenos de vida, en constante evolución, en hervideros de ideas, no solo para dar respuesta a nuestros clientes sino para seguir creando y buscando tendencias que nos permitan llegar al consumidor final. Esta profesión, apasionante y divertida, es cada vez más exigente. Revisamos objetivos y KPIs mensualmente, lo que nos lleva a ser cada vez más analíticos, entender y envolver todo el proceso digital –por supuesto-, a segmentar más y a tener un mayor control de la eficacia de la estrategia e incluso poder rectificarla si fuera necesario.

La mayor parte de las marcas entienden que las RRPP y la comunicación son estratégicos, ya que además de visibilidad les aportan credibilidad. Pero todavía nos queda un gran camino por recorrer a la hora de materializarlo. Las agencias debemos aportar creatividad y elementos innovadores que den valor diferencial a las campañas y generen Brand Awarness. Las marcas por su parte, deben arriesgarse y abrirse a los nuevos canales y sobre todo apostar por el valor diferencial que aportan las Relaciones Públicas. Entender que las “reglas del juego” están cambiando y abrirse a nuevas ideas.

Los que somos “carne de agencia” siempre decimos: “que dura es la vida de agencia”; es una opinión generaliza y real. Sabes la hora a la que entras, pero no a la que sales, nuestra vida se base en el servicio al cliente, en ser estratégico y eficaz, en aportar valor dando protagonismo al cliente, en estar en un segundo plano, pero siempre “a mano”, en resolver problemas y dar soluciones. No todos valen para trabajar en una agencia, hay que estar hecho de una pasta especial y, sobre todo, hay que amar la profesión y tener vocación de servicio.&

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